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Testimonio Alfonso de la Cueva
“…le daban de coces y bofetadas y le escupían en Ia cara y de esta manera le hacían levantar; y a todo esto, alzaba los ojos al cielo y con mucha humildad pedía a Dios perdón de sus pecados; de lo cual hacían escarnio los indios, y le volvían a dar; y llegando a la dormida de aquel día, le pusieron en una cueva debajo…
Testimonio Juana Guerrero “…sucedió el morirse el dicho inca, casi de repente de dolor de costado o de borrachera, echando sangre por la boca y narices; y no duro más de veinte y cuatro horas; y que la dicha muerte fue pública de que el dicho inca fue al mochadero donde mataron a su padre, donde se hartó de llorar y volviendo…
Testimonio Juana de Ayala “…abrieron los dichos indios un hoyo y le metieron la cabeza abajo; y le metieron una chonta por el sieso, hasta la cabeza; y lo echaron mucha tierra y salitre chicha colorada, y otras cosas conforme a su ley; y que, sobre esto, el dicho gobernador Martín Hurtado, su marido, hizo una información y envió al virrey…
Deseo recibir información sobre las actividades relacionadas a la espiritualidad agustina.
Para ser Siervo de Dios, la Congregación para las Causa de los Santos examina y publica el informe Decreto Nihil Obstad, con lo cual nada impide el inicio del proceso de beatificación y canonización del Siervo de Dios.
Para ser Venerable se examinan los documentos de los testimonios de personas que conocieron al Siervo de Dios, escritos y virtudes y son estudiados por la Congregación para la causa de los Santos, quién los aprueba y reconoce en él virtudes heroicas, denominándolo así Venerable.
Para ser Beato se requiere que por la intercesión del Venerable se haya realizado un milagro y su posterior verificación por Cardenales, Obispos, Teólogos y Médicos. Si la persona es posible mártir no es necesario el milagro.
Para ser Santo se requiere que por la intercesión del Beato se haya realizado otro milagro y su posterior verificación por Cardenales, Obispos, Teólogos y Médicos. Si la persona es posible mártir solo necesita un milagro durante todo el proceso.
El nombre de la persona se inscribe en el Libro de los Santos de la Iglesia y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
Participa en obras de caridad y actos de servicio para ayudar a los más necesitados, dando tu tiempo, tus talentos y tus bienes.
Realiza diversas actividades cotidianas que impliquen un acto consciente de desprendimiento y que promuevan el autocontrol, como privaciones, ayunos y abstinencias. La finalidad es alcanzar mayor docilidad para seguir la voluntad de Dios.
Dialoga con Dios, alábalo y pide que su Espíritu obre en nuestras vidas. Reflexiona en comunidad sobre las Escrituras. Asiste más a la Eucaristía. Participa en una jornada o retiro.