El Tiempo Pascual es el período litúrgico en el que la Iglesia celebra con gozo la Resurrección de Jesucristo. Comienza en la Vigilia Pascual, la noche en que Cristo vence la muerte, y se extiende por 50 días, hasta la Solemnidad de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo es enviado sobre la Iglesia. Durante este tiempo, la Iglesia nos invita a vivir en la alegría del Cristo resucitado, profundizando en el misterio de nuestra salvación. Este acontecimiento no solo es el centro del cristianismo, sino que también simboliza:

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Luz

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Esperanza

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Redención

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Vida Nueva

"El Señor pasó, por la pasión, de la muerte a la vida, y se hizo camino a los creyentes en su resurrección para que nosotros pasemos igualmente de la muerte a la vida."

Enarrationes in Psalmos, Salmo 120

Vía Lucis

El Camino de la Luz, también conocido como el Vía Lucis, es una devoción cristiana contemporánea que complementa al Vía Crucis. En esta práctica, se recorren catorce estaciones que narran los eventos desde la Resurrección de Cristo hasta Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos.

Regina Coeli

El Regina Caeli, que significa ‘Reina del Cielo’ en latín, es una oración utilizada para honrar a la Virgen María durante la temporada de Pascua, desde el Domingo de Resurrección hasta el día de Pentecostés. Se trata de un canto breve, acompañado de versículos y oraciones.

La Octava de Pascua

La Octava de Pascua es la prolongación litúrgica de la gran fiesta de la Resurrección de Cristo. La Iglesia celebra durante ocho días, desde el Domingo de Pascua hasta el Domingo de la Divina Misericordia, como si fuera un solo día de fiesta. Esto significa que la alegría de la Resurrección no se limita a un solo día, sino que se extiende en la Liturgia como un tiempo de júbilo y renovación. ¡Toda la semana es un eco del gran anuncio: Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!

Divina Misericordia

Desde el año 2000, por iniciativa de san Juan Pablo II, la Iglesia celebra el Segundo Domingo de Pascua como la Fiesta de la Divina Misericordia. Esta festividad nos invita a vivir confiados en el amor infinito de nuestro Padre celestial.

 

¿Qué se celebra en Pentecostés?

Pentecostés es la gran fiesta en la que celebramos el cumplimiento de la promesa de Jesús: el envío del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María, reunidos en el Cenáculo (Hch 2,1-4). Este acontecimiento marcó el nacimiento de la Iglesia, que, fortalecida por el Espíritu, comenzó su misión de anunciar el Evangelio a todas las naciones. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia: la guía, la fortalece y le da unidad. Esta solemnidad nos recuerda que el mismo Espíritu que transformó a los discípulos en testigos audaces de Cristo sigue actuando en la Iglesia hoy.

"Respira en mí, oh Espíritu Santo, para que todos mis pensamientos sean santos. Actúa en mí, oh Espíritu Santo, para que también mi trabajo sea santo. Atrae mi corazón, oh Espíritu Santo, para que ame solamente lo que es santo. Fortaléceme, oh Espíritu Santo, para que defienda todo lo que es santo. Guárdame, oh Espíritu Santo, para que yo siempre sea santo."​

Atribuida a San Agustín

7 Dones del Espíritu Santo

El Espíritu Santo nos fortalece y guía a través de sus dones, concedidos en el Bautismo y confirmados en la Confirmación. Estos dones no son habilidades humanas, sino gracias sobrenaturales que nos ayudan a vivir como verdaderos discípulos de Cristo y a alcanzar la santidad. San Pablo nos recuerda: «Dejaos guiar por el Espíritu» (Gál 5,16), pues solo bajo su acción podemos conocer y cumplir la voluntad de Dios en nuestra vida.

Pidamos al Espíritu Santo que aumente en nosotros estos dones, para vivir con mayor entrega nuestra fe y testimoniar el amor de Dios en el mundo.

¡Ven, Espíritu Santo, y renueva nuestro corazón!