¿Sabían qué aproximadamente hay dos millones de niños y niñas menores que trabajan, en la mayoría de los casos, en situaciones peligrosas que van en contra de su integridad física, moral y emocional? Esta cifra representa cerca del 30% de la población infantil en el Perú. Según el INEI (Pandemia y deserción escolar en la EBR, INEI, 2022) se tiene una deserción escolar en promedio de 2.4% anual, que corresponden a más de 200 000 escolares matriculados dejan de matricularse al año siguiente, siendo mayores los índices en hombres y en las zonas rurales. Este 12 de junio conmemoramos el día mundial contra el trabajo infantil y la repregunta que les hago es ¿Qué estamos haciendo nosotros para erradicar esta problemática? ¿Cómo nos estamos organizando y comprometiendo como comunidad Agustina?
El educador León Trahtemberg, manifiesta que “La única manera de sacar adelante al país es con una infancia fuerte, sana, bien nutrida, con autoestima elevada, con una educación adecuada, y eso solamente se logra si está clara la premisa de que los niños son primero. Antes que todo son los niños”.
La infancia es la época en la que los niños y niñas tienen que estar en la escuela y en los lugares de recreación, creciendo fuertes y seguros de sí mismos, recibir el amor y el estímulo de sus familias y de una comunidad comprometida con ese fin. Es una época valiosa en la que los niños deben vivir sin temor, seguros frente a la violencia, protegidos contra los malos tratos y la explotación en el trabajo infantil.
El origen del trabajo infantil no solo está en la pobreza, sino también en otros factores, sociales, culturales, institucionales y políticos. Cuáles fueran las raíces, es un problema que vulnera los derechos al bienestar y desarrollo de los niños. El trabajo infantil es una de las causas de la deserción, ausentismo, bajo rendimiento y fracaso escolar. Muchos de nuestros niños no asisten a la escuela, y otros combinan sus estudios con el trabajo, lo que demanda un gran esfuerzo físico y mental y suele tener como resultado, en el mediano plazo, el abandono escolar.
No olvidemos que el objetivo primordial debe ser preparar a los niños para tener una vida exitosa y sobre todo feliz. Esto se logrará a través de una educación integral que les permita afrontar los problemas futuros de una mejor manera, lograr una seguridad afectiva, consolidando su autoestima y respeto a los demás.
Una buena educación contribuye a lograr una mayor acumulación y desarrollo de capacidades que les permitan mejores oportunidades cuando sean jóvenes y adultos. Por ello cito a la maestra del PUCP – Patricia Ames “No cualquier educación va a retener a los niños en la escuela, necesitamos una buena educación, que los entusiasme, que les refuerce lo que están aprendiendo, que reconozca lo que ya saben, que los trate bien, que reconozca y valore su cultura, su lengua.”
Por ello, considero que, para erradicar el trabajo infantil, se requiere de un esfuerzo integral, tanto del estado peruano como la sociedad, para así garantizar mecanismos de protección más eficientes para los niños y así lograr su pleno desarrollo, sin importar su edad, situación, económica, social, cultural o lugar de origen.
Iván Martín Pérez Acuña – Coordinador de Ciclo Colegio San Agustín de Chiclayo