En el Día Internacional de la Familia, celebrado el 15 de mayo, reflexionamos sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos. Las familias son los primeros y más influyentes agentes de socialización en la vida de un niño. Desde el momento en que nacen, ellos comienzan a aprender de sus padres y familiares, aprendiendo valores, creencias y comportamientos.
El hogar, siendo el lugar donde se sientan las bases para el desarrollo emocional, social y cognitivo de un niño, juega un papel fundamental en su crecimiento saludable. Las interacciones diarias entre padres e hijos, los modelos de comportamiento proporcionados por los miembros de la familia y las oportunidades de aprendizaje que se presentan en el entorno doméstico son esenciales para su desarrollo.
En la educación de los hijos:
Las familias desempeñan roles múltiples y complementarios. Desde la enseñanza de habilidades básicas hasta la transmisión de valores como el respeto, la verdad y la solidaridad, los padres tienen la responsabilidad de guiar y orientar a sus hijos en su camino hacia la madurez. Por ello, que el hogar sea un espacio seguro ayuda a la formación de los hijos, sobre todo, con una comunicación abierta y dialogal que con empatía permita generar la confianza necesaria de los hijos hacia sus padres, sintiéndose con la libertad de confiar en ellos, además de sentirse escuchados, frente a las dificultades que atraviesen.
El papel fundamental de las familias en la educación de los hijos radica en proporcionar un entorno de apoyo, amor y orientación que promueva el desarrollo integral de los niños.
Mónica Garay – Asesora de las Instituciones Educativas de la Provincia de Nuestra Señora de Gracia.