La Provincia de Nuestra Señora de Gracia del Perú ha designado como nuevo encargado de la Subcomisión de Pastoral Juvenil y Vocacional a Fray Jorge Aspíllaga, OSA.
Fray Jorge asume esta nueva responsabilidad y la mira con ojos de fe, con la esperanza de que el Señor lo sostendrá en todo lo que se proponga y en lo que se haga en los próximos años.
Resalta que es importante tener esperanza en los jóvenes que forman parte del movimiento Communio y los nuevos integrantes que llegarán. Del mismo modo, sostiene que no es un trabajo que hará él solo sino que lo hará con la ayuda de Dios, de los líderes de las sedes y de sus hermanos de la Provincia.
Su enfoque estará en fortalecer las bases de la pastoral juvenil, desde la formación y orientación de las nuevas generaciones. Respecto a la pastoral vocacional, lo que espera es salir al encuentro y acompañar a aquellos jóvenes con inquietudes por la vocación a la vida consagrada, mirando fuera de nuestras obras apostólicas y visitando otras realidades.
También nos invita a tener un mismo lenguaje, frailes, colaboradores y laicos agustinos, debemos tener un mismo objetivo y ayudar así a promover las vocaciones religiosas para nuestra Provincia. Desde nuestra labor cotidiana nos invita a suscitar con nuestro testimonio un encuentro con el Señor de quienes se acerquen con inquietudes vocacionales.
Por su parte, fray Paulo encargado anterior de la Subcomisión de Pastoral Juvenil y Vocacional nos comparte que este tiempo ha sido para él una bella oportunidad de servir al Señor junto a los jóvenes agustinos que hoy forman parte de Communio, pero también de aquellos que ya ha conocido desde la fundación del movimiento.
Durante la pandemia él ha podido reconocer que el Señor lo llamaba a sostener la fe y la unidad en los jóvenes agustinos, mirando con esperanza cada esfuerzo dado y transformando también su respuesta fiel a Dios en cada reunión de comunidad y en cada servicio que ellos recreaban para perseverar.
Así mismo, considera que se ha logrado en gran parte crecer en la comunicación y en la colaboración entre sedes, actualmente existe mayor organización gracias a las herramientas virtuales haciendo que cada sede pueda responder en concreto y de manera más autónoma a sus propios retos.
Personalmente nos cuenta que los momentos, que más lo han marcado en este tiempo, son los Encuentros Juveniles Nacionales y el surgimiento de nuevas comunidades de jóvenes con inquietud de vivir este camino agustiniano. Considera que nuestro carisma agustino responde de manera viva en estos tiempos, ver a jóvenes crecer en su fe y en su desarrollo personal, venciendo los retos de su historia es algo que marca mucho en el trabajo pastoral y de evangelización.
Fray Paulo nos deja una última reflexión y su deseo para la pastoral juvenil y vocacional: “Yo deseo que Communio y toda la pastoral juvenil agustina de nuestras comunidades sigan creciendo en unidad y en servicio a la iglesia local, a los más alejados y a los que están buscando a Dios en distintas etapas de la vida. Communio no existiría si el Espíritu Santo no lo siguiera inspirando como un espacio muy bueno para encontrarse con Dios y con los hermanos que Dios te da en el camino. El reto es poder vencer las barreras que nos impidan ver en la comunidad la presencia viva de Dios que nos habla en Cristo“.
Además, ha querido dejar un mensaje para Fray Jorge, “primero agradezco mucho tu disponibilidad para servir a Dios poniéndote al frente de este rebaño del Señor, cuentas siempre con mi apoyo hermano; este es un trabajo a veces ingrato y solitario, pero con muchas alegrías y esperanzas cotidianas que pueden afianzar tu vocación. Es también una oportunidad para que crezca el celo apostólico y que muchos jóvenes conozcan a Cristo el Señor y se encuentren verdaderamente con Él en este camino agustino. Los retos son numerosos, las exigencias son variadas pero la compañía del Señor Jesús es lo esencial para reconocer que este servicio vale la entrega que exige. Ánimo en todo”.
Finalmente, fray Jorge nos comparte que en este proceso que inicia lo acompañemos con nuestra oración, con sacrificios, con consejos y alientos. Nos llama también a fomentar en todos nuestros ambientes pastorales, en nuestras casas con la familia, en los salones de nuestros colegios, en nuestras parroquias, en nuestras comunidades y fraternidades, a que nuestras acciones y palabras muestren y hablen de Dios, para que en lo cotidiano los jóvenes se pregunten si hay alguien más grande que los ama, los espera, y los invita a seguirle, a comprometerse con Él.
