Por Fr. Jorge Majail, OSA
El pasado 10 de agosto, la comunidad parroquial de Nuestra Señora del Consuelo vivió con profunda alegría la apertura de la Puerta Santa, un signo visible de la gracia de Dios que nos invita a redescubrir el camino de la reconciliación y la esperanza.
La ceremonia fue presidida por Mons. Guillermo Elías, Obispo auxiliar de Lima, acompañado por el P. Rafael Reátegui, Vicario Episcopal; concelebrada por mis hermanos Fr. Humberto Ayala, OSA, Fr. Alfredo Agip, OSA y quien redacta estas líneas, Fr. Jorge Majail, OSA; así como por miembros de diversas comunidades religiosas de la jurisdicción.
Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue la apertura misma de la puerta: el obispo, con su báculo, golpeó tres veces y, al abrirse, inició una procesión hacia el interior de la iglesia, que ya estaba colmada de fieles. En este caminar lo acompañaron miembros del consejo pastoral parroquial y feligreses, simbolizando que toda la comunidad participa de esta experiencia jubilar.
La iglesia se llenó de fieles, familias y miembros de distintas comunidades, unidos en un solo espíritu de oración.
Un tiempo de gracia para nuestra comunidad parroquial
Durante su homilía, Mons. Guillermo Elías nos invitó a vivir este tiempo jubilar como una oportunidad para renovar nuestra fe, abrir el corazón y crecer en fraternidad. “El Señor nos llama a ser testigos de su misericordia y a compartir con los demás el don que hemos recibido”.
Desde mi experiencia personal, puedo decir que este encuentro nos recuerda que la Puerta Santa no es solo un signo, sino una invitación a abrir las puertas de nuestro corazón para dejarnos alcanzar por el amor de Dios. Es tiempo de perdonar, de reconciliarse y de caminar juntos como comunidad.
A todos los fieles les decimos con alegría: “¡Los esperamos!”. Que este tiempo jubilar sea para cada uno una ocasión de gracia, encuentro y fraternidad.
