Communio Misiones: Una experiencia de fe y servicio en Cajamarca

Del 13 al 18 de febrero, el Movimiento Communio Jóvenes llevó a cabo «Communio Misiones» en Cajamarca, una actividad liderada por Fr. Miguel Oblitas, OSA, Coordinador de la Subcomisión de Pastoral Juvenil y Vocacional, con el acompañamiento de Fr. Rodolfo Canepa, OSA, Fr. Gonzalo Cáceres, OSA y Fr. José Luis Romero, OSA. Esta experiencia congregó a 17 jóvenes de Lima y Chiclayo con el propósito de compartir su fe a través del servicio y la comunidad.

Inspirados por las palabras del Papa Francisco: “Que este año jubilar pueda ser un momento de encuentro vivo y personal con Jesús, con Él, a quien la Iglesia tiene la misión de anunciar en todas partes y a todos como ‘nuestra esperanza’ (1 Tm 1,1)”, los misioneros llegaron a Polloc, donde se hospedaron en el Santuario de la Virgen del Rosario, dirigido por sacerdotes y laicos italianos con espiritualidad salesiana. Esta obra se dedica a la formación integral de niños y jóvenes mediante el trabajo manual, la catequesis y la vida espiritual. Además, el santuario alberga una escuela de arte donde los pobladores aprenden la técnica del mosaico, no solo como expresión artística sino también como una fuente de sustento.

Momentos más significativos

Durante la misión, los jóvenes realizaron diversas labores: los varones trabajaron en la recolección de leña para la cocina y la calefacción, mientras que las mujeres apoyaron en un albergue que acoge a niñas con discapacidades, enfermedades o en situación de abandono. Allí, además de compartir tiempo con ellas y escuchar sus historias, ayudaron en tareas domésticas como cocinar, limpiar y lavar ropa.

Las jornadas diarias incluyeron la celebración de la Eucaristía, momentos de oración y reflexión, además de espacios de fraternidad donde los jóvenes pudieron compartir sus vivencias. La experiencia dejó huellas profundas en los participantes, quienes se sintieron conmovidos al ver que la felicidad no depende de lo material, sino de la riqueza del corazón. Algunos incluso sintieron el llamado a una vocación misionera, planteándose regresar a Cajamarca por más tiempo.

«Aunque partimos con la intención de ayudar, nos dimos cuenta de que recibimos mucho más de lo que dimos. Las niñas del albergue, a pesar de sus dificultades, nos regalaron amor y alegría con una generosidad que nos conmovió profundamente», compartió Fray Gonzalo.

Por su parte, Fray Rodolfo reflexionó sobre el poder del testimonio: «La evangelización no se limita a las palabras, sino que se transmite con la vida misma. La manera en que servimos, con alegría y autenticidad, se convierte en un mensaje de esperanza para los demás».

Sin duda, Communio Misiones fue un testimonio vivo de este llamado, llevando la esperanza y el amor de Cristo a quienes más lo necesitan.