El convento es parte de nuestro patrimonio como Provincia, además es patrimonio cultural del Perú.
Su construcción ocupa el mismo lugar desde su fundación, ocurrida en 1573 por Luis López de Solís, sus instalaciones han sido reconstruidas varias veces debido a los terremotos que sucedieron en nuestra ciudad. Uno de los mayores sucesos fue la reconstrucción de la iglesia tras el terremoto de 1746 el cual dejó grandes daños en la estructura y que tuvo como resultado la restauración casi total de la misma.
Otro cambio mayor se dio como consecuencia de los sucesos de 1895, año en que la iglesia sufrió un considerable daño durante los enfrentamientos entre caceristas y pierolistas.
En 1908 se reinauguró la iglesia tras los numerosos cambios que había sufrido, tales como la demolición de la torre, la clausura de la tercera parte de la nave, que había quedado descubierta, el reemplazo de los retablos originales de madera por unos de concreto, y la modificación de la portada principal, específicamente el tercer cuerpo de la misma que incluyó un gran rosetón. Este último cambio fue revertido décadas más tarde quedando la portada con su configuración original, a excepción de la balaustrada que poseía como remate en la parte superior y que nunca fue restaurada.
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