Emisión de Promesas y Rito de Incorporación FAS

El pasado 20 de octubre, día de Santa Magdalena de Nagasaki y de las Fraternidades Agustinas Seculares (FAS), se celebró una solemne ceremonia de emisión de promesas y rito de incorporación a las fraternidades en Lima y Chiclayo. La ocasión fue un encuentro de fe y compromiso, donde miembros de la comunidad laica decidieron fortalecer su vínculo con el carisma agustino, un paso importante en su vida espiritual.
 

En Lima, dos hermanos de la Fraternidad Nuestra Señora de la Consolación realizaron sus promesas, mientras que nueve hermanos, pertenecientes a las fraternidades Santa Mónica de Villa El Salvador y Nuestra Señora de Gracia, participaron en el rito de incorporación. La misa fue presidida por Fr. Hans Zavala, OSA, Coordinador de la Subcomisión de las Fraternidades Agustinas Seculares (FAS) y concelebrada por Fray Gustavo Moreno, OSA. En Chiclayo, Fray Segundo Agip, OSA, Asesor religioso de la fraternidad Santa Mónica, dirigió la ceremonia, donde siete hermanos renovaron sus promesas y tres más se incorporaron a la fraternidad Santa Mónica. La ceremonia se celebró con profunda devoción, reflejando el camino de fe y comunidad que cada hermano elige recorrer junto a la Orden de San Agustín: Provincia de Nuestra Señora de Gracia del Perú. 

Fe y compromiso

Para Alicia Reymundo, quien emitió sus promesas, fue un momento de «profunda gratitud y bendición» en el que sintió la «presencia amorosa del Señor». Expresó: «A pesar de mis debilidades, Dios me perdona y me ama; sentí que Él me llama a un compromiso de amor ante Él y nuestra Iglesia, según el espíritu de san Agustín.” Estas palabras reflejan la importancia espiritual que representa este acto para quienes deciden entregar su vida a Dios, no como religiosos, sino desde la vida laical.

Estrella Huamán, quien se incorporó a la fraternidad, compartió su motivación: la inspiración que san Agustín le brinda a través de su historia de conversión y búsqueda constante de la verdad. “Estoy convencida de que no podría caminar sola… mi soporte siempre son mis hermanos, todos juntos como rebaño,” dijo. Para ella, el compromiso fraterno significa apoyo y crecimiento espiritual en comunidad, recordando que la fe se fortalece al compartirla.

La vida en fraternidad también implica vivir el carisma agustino en lo cotidiano, como señala Nérida Aldana: “Es integrar los valores de san Agustín en la vida diaria, buscando siempre la verdad y el amor.” En cada acción y servicio, la comunidad agustina se compromete a reflejar la enseñanza de su santo patrón. Muriel Erquinigo, también miembro, añadió que el compartir y trabajar con otros hermanos representa “una gran fortaleza.”

Este encuentro, lleno de emociones y compromiso, marcó un nuevo inicio para aquellos que buscan vivir su fe de manera más profunda en comunidad y amor cristiano, inspirados por el carisma de san Agustín.