FAS celebran su día fortaleciendo la comunión y la misión laical

Con gratitud y alegría, las Fraternidades Agustinianas Seculares FAS de Lima, Chiclayo y Chosica celebraron el Día de las Fraternidades Agustinianas Seculares, en honor a Santa Magdalena de Nagasaki, su patrona. Los encuentros tuvieron como propósito fortalecer los vínculos comunitarios y renovar el compromiso de los laicos agustinos con la misión de vivir y testimoniar el carisma agustino en el mundo.

“Pertenecer a una fraternidad agustina significa compartir vida, fe y solidaridad, siguiendo el ejemplo de San Agustín. Es descubrir el valor de la amistad verdadera y del servicio, cultivando un corazón abierto al amor y la unidad.”
Carolina Barrientos, FAS Santa Mónica (Chiclayo)

Celebrar la fe en comunidad

Las celebraciones iniciaron el domingo 19 de octubre, víspera de la fiesta de Santa Magdalena.

En Chiclayo, la fraternidad Santa Mónica realizó una peregrinación al Santuario del Divino Niño del Milagro de Eten, seguida de un almuerzo fraterno que fortaleció la comunión entre sus miembros.

“Celebramos este día con gratitud, viviendo el Evangelio en lo cotidiano, construyendo fraternidad, servicio y esperanza, unidos como Iglesia.”
Eugenia Ramírez, FAS Santa Mónica (Villa El Salvador)

En Lima, las fraternidades Nuestra Señora de Gracia, Nuestra Señora Madre de la Consolación y Santa Mónica participaron en la Eucaristía celebrada en la parroquia Nuestra Señora de Gracia, presidida por Fr. Hans Zavala, OSA, coordinador de la Subcomisión de Fraternidades Agustinianas Seculares. Durante la celebración, los miembros renovaron su compromiso de caminar juntos siguiendo el legado de san Agustín, y compartieron un almuerzo de integración junto a la comunidad religiosa.

El lunes 20, día de Santa Magdalena de Nagasaki, Fr. Hernanis Díaz, OSA, Prior Provincial, presidió la Santa Misa en la parroquia Santo Toribio de Chosica, con la participación de la fraternidad Santa Rita de Casia, la comunidad parroquial y los movimientos Communio y Communio Familias. El encuentro concluyó con un compartir fraterno que permitió dar a conocer la vida y testimonio de la santa patrona, así como el servicio de las fraternidades dentro de la Orden.

“Valoro el trabajo que juntos realizamos, el empeño y la alegría de compartir la fe y el servicio, dejando de lado lo personal para fortalecer nuestra respuesta a Dios.”
Norma Luque, FAS Santa Rita de Casia (Chosica)

Una espiritualidad que se vive en lo cotidiano

A lo largo de las celebraciones, se profundizó en la importancia de la vida comunitaria y el llamado de los laicos a vivir la espiritualidad agustiniana desde su realidad, dando testimonio de unidad, servicio y fraternidad en la Iglesia y el mundo.

Celebrar a Santa Magdalena de Nagasaki animó a los participantes a encarnar las virtudes que ella testimonió: su entrega y servicio a la Iglesia, su compromiso de vida, su fortaleza y valentía para mantenerse en la fe.

Asimismo, el compartir con miembros de otras fraternidades recordó que, como miembros del Cuerpo de Cristo, estamos llamados a ser uno en Él.

“Responder al llamado de Dios como agustina es algo que puedo sentir cada día. Es buscar a Dios en comunidad, servir con todo lo que ello implica y cultivar una vida de interioridad en la que Él sigue moviendo mi corazón.”
Sue Olivares, FAS Nuestra Señora Madre de la Consolación (Lima)

“San Agustín llegó a mi vida para mostrarme una espiritualidad cercana: una interioridad que se vive en comunidad y una búsqueda constante de la Verdad.”
Denise Díaz, FAS Nuestra Señora de Gracia (Lima)

Caminar unidos en la formación y la misión

Coincidiendo con esta celebración, las fraternidades iniciaron un proceso de formación común a nivel provincial, adaptado a las características de cada comunidad. Este camino busca fortalecer la formación permanente, consolidar la identidad laical agustiniana y vivir con mayor coherencia el ideal de “caminar unidos en la diversidad”.

A futuro, se proyecta seguir promoviendo espacios de encuentro, oración y diálogo que fortalezcan la vida fraterna y el compromiso misionero de los laicos agustinos.