Fortaleciendo la Formación Agustina en Latinoamérica

Del 1 al 5 de julio, Lima fue sede del Encuentro Latinoamericano de Formadores de la Orden de San Agustín, un evento que reunió a hermanos de distintas circunscripciones agustinianas de América Latina: México, Panamá, Venezuela, Ecuador, Chile, Brasil y Perú. La finalidad fue reflexionar en conjunto sobre los desafíos, aprendizajes y oportunidades en la formación de nuevas generaciones dentro del carisma agustiniano.

Por parte de la Provincia Nuestra Señora de Gracia del Perú participaron Fr. Miguel Oblitas, OSA y Fr. Gustavo Moreno, OSA, formadores del prenoviciado y profesorio.

Un camino desde la realidad hacia el compromiso

La jornada se inauguró con una celebración litúrgica. El martes, cada provincia y vicariato presentó su realidad vocacional y formativa, abriendo un espacio de escucha mutua para identificar los retos compartidos.

El miércoles, los participantes profundizaron en estas realidades con las ponencias del P. Marco Antonio, OSA (provincial de Michoacán, México) y del P. José Luis Gordillo, SJ. Sus intervenciones guiaron a los formadores en la fase de identificar las realidades expuestas el día anterior. Estas ponencias ofrecieron herramientas y perspectivas para comprender los contextos actuales. 

Escuchar, proponer y caminar juntos

El jueves, se propusieron líneas de acción a partir de los aprendizajes compartidos. También se recogieron los aportes enviados por los formandos a través de una encuesta, integrando así su voz en el discernimiento común. La jornada concluyó con una visita fraterna al Noviciado Internacional Nuestra Señora de Gracia, donde compartieron la cena y el testimonio de vida con los novicios.

El viernes, la experiencia culminó con una visita al Santuario del Señor de los Milagros y una eucaristía celebrada en comunidad, seguida de un almuerzo en el convento San Agustín del centro de Lima.

Este encuentro reafirma el deseo de caminar juntos como comunidad agustina, apostando por una formación contextualizada y arraigada en la interioridad, la comunidad y el servicio. Porque cuando compartimos experiencias, abrimos caminos de esperanza para el futuro de nuestra misión.