Hno. Honorio: una vida de servicio en la Orden de San Agustín

En la Fiesta de la Conversión de nuestro Padre San Agustín, el pasado 24 de abril nuestro querido Hermano Honorio Martínez Pérez, OSA celebró junto a la comunidad religiosa sus 90 años de vida, haciendo que este día fuera aún más especial.

Nació a primeras horas de la mañana en Castrovega de Valmadrigal, León, España. Sus padres fueron Julio Martínez Patán y Francisca Pérez Villa. Desde temprana edad se sintió animado por la presencia de otros religiosos agustinos y luego de un proceso de madura reflexión pidió ser admitido a la Oblatura en la Apostólica de Valencia de Don Juan en su natal León. Realizó sus primeros votos en 1960 y su Profesión Solemne el 5 de octubre de 1963, el Provincial Fr. Nicolás Alonso Rodríguez, OSA fue el responsable de recibirlo en la Orden. 

A lo largo de su vida el Hermano Honorio siempre ha estado al servicio de sus hermanos con una diligencia y sencillez excepcional. Vivió en distintas comunidades como la de Valencia de Don Juan (1960 – 1961, 1968 -1970), la de Valladolid (1961 – 1968, 1974), la de San José de Bilbao (1970 -1971) y la de Barcelona (1971 -1973). En 1974 el Provincial, Fr. Julián García, OSA le tendría una misión en tierras peruanas. Su primer destino en nuestro país fue en la comunidad de Chiclayo en donde permaneció hasta 1987, dedicado a las labores de ayudante de procuración, abastecimiento, mantenimiento y colaborando en las actividades escolares de disciplina en primaria.

Después fue destinado a la comunidad del colegio Santa Rosa de Chosica donde fue ecónomo. Años más tarde, en 1995 pasaría a formar parte de la comunidad del Seminario, cuando estuvo ubicado en el colegio San Agustín de Lima y posteriormente en Villa El Salvador, con la construcción de la nueva casa de formación sirviendo en la misma función. 

Es en la casa de formación donde muchos de nuestros actuales sacerdotes, diáconos, profesos, prenovicios y aspirantes han podido convivir con el Hermano Honorio y en esta convivencia han podido rescatar y valorar muchas actitudes que son dignas de imitar. Fr. Paulo Saavedra, OSA, Prior de la Comunidad del colegio Santa Rosa de Chosica, nos comparte que para él haber vivido con el Hno. Honorio, ha significado tener delante suyo cada día un testimonio de servicio, porque siempre ha estado a disposición de los hermanos, en lo humilde y lo sencillo. «Su ímpetu porque las cosas salgan siempre bien y que seamos bastante prácticos así como su constante sentido del humor» son recuerdos frescos en su memoria. 

Desde Chuquibambilla, Fr. Álvaro Matías, OSA, religioso en misión en el Vicariato de Apurímac, dedicó unas palabras en las que expresa cuánto valora la presencia, el cariño y la ternura del Hermano Honorio y nos comparte con dulzura que él es inspiración para seguir perseverando y seguir queriendo la vida religiosa, porque es un hombre muy enamorado de Dios y dispuesto a seguir buscando la Verdad. «Yo le agradezco el siempre estar dispuesto para los hermanos. En mi vida y en mi vocación, el tener a un hermano que es un abuelo con experiencia y sabiduría, capaz de decirte verdaderamente que te quiere con su trato es invaluable. Sus votos, su obediencia, su pobreza en su vida religiosa, su saber ser obediente, su castidad tan libre y su pobreza generosa es una experiencia única para los que podemos seguir compartiendo a su lado.» 

Sin duda compartir la vida religiosa a su lado es un gran regalo, muchas generaciones de frailes han crecido junto a él, el hecho de poder rescatar su sabiduría, sus frases y su perseverancia en el testimonio del Santo Rosario son lienzos frescos en la memoria: «Viva la Virgen nuestra patrona que en nuestro pecho tiene su altar» es una frase que resuena para muchos de nuestros frailes en la Provincia. El poder percibir la importancia de la fe cristiana desde el testimonio de la Virgen María como intercesora es una lección que en el día a día han podido rescatar e imitar.

Fr. Luis La Jara, OSA, hermano de votos solemnes, quien actualmente comparte la vida comunitaria junto al Hermano Honorio hace referencia al testimonio que es su vida: «Para mí, vivir con él significa tener un testimonio hermoso de servicio y oración tan cercano, él ha asumido muy bien esos valores de los cuales se nos habla al iniciar nuestro camino de consagración. Valoro su sencillez y el trabajo, desde el lugar y misión que haya tenido, porque siempre ha respondido con generosidad y entrega.»

Podríamos concluir esta corta semblanza para un hombre de un corazón tan grande, resaltando las características que a lo largo del texto han sabido describirlo bastante bien y que son palpables en la vida cotidiana de los hermanos y que con profundo cariño Fr. Gustavo Moreno, OSA Prior de la Comunidad del Colegio San Agustín Lima menciona: «Vivir con el hermanito Honorio es un regalo de Dios. Su capacidad de amarnos, cuidarnos, de servir, su sencillez en la oración y lectura constante, su fidelidad a las cosas pequeñas y sencillas es lo que nos ha enseñado el verdadero camino a la santidad.»

¡Felices 90 años, que Dios te bendiga querido hermano!

Fuente: Archivo Provincia de Nuestra Señora de Gracia del Perú