En 1911, se celebró un convenio entre el Arzobispado de Lima, siendo el Arzobispo Monseñor Manuel García, y la comunidad Agustina representada por el Prior Fr. Inocencio Vega, aquí se delega a la Orden la administración de la parroquia de Sto. Toribio por 50 años. Este hecho significó la creación de la parroquia.

En 1913 los frailes comenzaron, sobre las bases de la antigua capilla, la construcción de la nueva Iglesia. La obra se inició bajo la dirección del P. Fidel Pérez Vicario, OSA, que con sus conocimientos en arquitectura, historia y dibujo pudo aportar mucho en el diseño. Quienes lo recordaban contaron que vigilaba y alentaba para que la marcha de la obra avanzará rápidamente. La edificación fue terminada por el P. Senén Fernández Bardón, OSA., quien tuvo la ayuda del ingeniero y arquitecto Luis y Rafael Marquina. Es así que el 28 de julio de 1915, fue inaugurada parte de la Iglesia. En el año de 1921, se concluyó la iglesia y sus anexos. La parroquia está ubicada en pleno centro de la plaza de Armas de Chosica.

En 1948 el Arzobispado de Lima mediante decreto arzobispal cede de forma “indefinida” la administración de la parroquia a la Orden de San Agustín en el Perú.

En agosto de 2002 el Instituto Nacional de Cultura incluyó a la Iglesia en la lista de Monumentos de la Nación, mediante RDN 785/INC, del 23 de agosto del 2002. Es decir, la parroquia forma parte del Patrimonio Cultural de la Nación.

Es importante mencionar que, con la creación del Obispado de Lurigancho, la parroquia Sto. Toribio de Mogrovejo pasó a estar bajo la jurisdicción del nuevo obispado, y ya no del arzobispado de Lima.

Esto implicaba que cualquier tipo de trámite o consulta que la parroquia necesitara o debiera hacer era directamente con el Obispo de Lurigancho. Bajo la competencia del Obispo de Lurigancho y de las autoridades civiles correspondientes es que se dio el trámite de prescripción adquisitiva de la parroquia y a partir de febrero del 2018 el edificio que comprende la parroquia es de propiedad de la Provincia Nuestra Señora de Gracia del Perú, ya no solo es la administradora de la parroquia, sino que es la propietaria de dicho bien inmueble.