Crónica de la Toma de Hábito de nuestro novicios 

El pasado 25 de enero, en una ceremonia eucarística, nuestros novicios recibieron el hábito agustino, marcando un paso significativo en su camino de consagración religiosa. Este rito simboliza el compromiso con la vida comunitaria y la misión evangelizadora, recordando el llamado a servir a Dios y al prójimo.

Ceremonia Litúrgica

La celebración comenzó con la procesión inicial, donde los futuros novicios llevaron el hábito en sus manos como presentación ante Dios y la comunidad. Tras las lecturas y la homilía, tuvo lugar el momento central del rito: la toma de  hábito. Cada novicio eligió a un fraile que, con experiencia en la vida agustina, lo revistió, marcando un vínculo de fraternidad y acompañamiento en este nuevo camino.

Significado del hábito agustino

Cada prenda del hábito posee un profundo significado. La túnica simboliza la pobreza, al ser la vestimenta común del religioso; la correa representa la castidad y la devoción a Nuestra Señora de la Consolación; y la capucha, la obediencia, recordando la disposición de seguir la voluntad de Dios. Durante la vestición, se realizaron oraciones especiales para cada elemento, enfatizando su sentido en la vida del fraile.

Portar el hábito es asumir un signo visible de la consagración, un testimonio de entrega y servicio. Más que un distintivo externo, es un recordatorio de la vocación a vivir para Dios y llevar su presencia a quienes más lo necesitan. Así, nuestros novicios han dado un nuevo paso en su camino de fe, con compromiso y esperanza.