Crónica de la Profesión Solemne de Fr. Rodolfo



El sábado 7 de diciembre, en la capilla Nuestra Señora de la Consolación del Colegio San Agustín de Lima, se llevó a cabo un importante momento para la comunidad agustina: la profesión solemne de Fr. Rodolfo Canepa, OSA. Esta celebración reunió a religiosos de la Provincia, fieles de la comunidad, y familiares, en una Eucaristía presidida por el Prior Provincial, Fr. Hernanis Díaz, OSA y concelebrada por Fr. Gustavo Moreno, OSA, y Fr. Humberto Ayala, OSA.

Durante la homilía, Fr. Hernanis destacó la importancia del compromiso de la vida consagrada, recordando las enseñanzas de nuestro Padre san Agustín y animando a Fr. Rodolfo a vivir plenamente su vocación, confiando en el llamado de Dios y en la gracia que sostiene este caminar.

Momentos significativos de la celebración

El momento más representativo llegó con la profesión religiosa, donde Fr. Rodolfo, arrodillado frente a Fr. Hernanis, pronunció sus votos solemnes. Luego, con un cirio encendido en sus manos, recibió una oración de bendición del Prior Provincial, confiándole al Señor su plena entrega.

Uno de los instantes más conmovedores fue cuando Fr. Rodolfo, con firmeza y serenidad expresó su disposición a seguir a Cristo según el carisma agustino. Las letanías de los santos llenaron la capilla de un profundo sentido eclesial, recordaron la importancia de la intercesión y el auxilio divino para perseverar en la vocación; mientras Fr. Rodolfo, postrado en el suelo, entregaba su vida al Señor. 

Comunión y fraternidad en la Orden

La celebración culminó con la firma del acta de profesión en el altar, seguida de un cálido abrazo de bienvenida de parte de los frailes, lo que reflejó la comunión y fraternidad que caracterizan la vida agustina.

En sus palabras de agradecimiento, Fr. Rodolfo expresó su gratitud a Dios, a su familia y a la comunidad agustina por el acompañamiento a lo largo de su proceso vocacional. Este acontecimiento se presentó como un testimonio vivo de fidelidad y entrega a la vocación religiosa, recordándonos la importancia de la vida consagrada en la Iglesia y la misión de los agustinos en el mundo.