El 5 y 6 de noviembre se llevó a cabo el Retiro de Equipos Pastorales, donde 31 agentes pastorales de las instituciones educativas agustinas participaron en un retiro espiritual en la Casa de Retiro San Agustín. Este encuentro, organizado por el Equipo de Pastoral y Evangelización de la Provincia, en colaboración con el Coordinador de la Subcomisión de Pastoral Educativa, Fr. Segundo Agip, OSA, y los Directores Espirituales de las IIEE, brindó un valioso espacio de reflexión, encuentro personal y comunitario con Dios. Enmarcado en el carisma agustiniano, el retiro se enfocó en el discernimiento espiritual y en fortalecer la misión evangelizadora, inspirando a los participantes a vivir su vocación pastoral con renovado compromiso y profundidad.
Durante el retiro, los participantes reflexionaron profundamente sobre su vocación pastoral y su misión evangelizadora, explorando temas fundamentales relacionados con el anuncio del Evangelio, el testimonio cristiano, el discernimiento espiritual y la vida en comunidad. Estas reflexiones se complementaron con momentos de oración, celebraciones eucarísticas y dinámicas de integración, que fortalecieron la unidad, renovaron el espíritu misionero y reafirmaron la identidad agustina como eje central de la labor pastoral en sus instituciones.
Viviendo el Carisma Agustino en la Misión Educativa
Impulsados por el retiro, los equipos pastorales regresaron a sus instituciones con un entusiasmo renovado y un compromiso más profundo con la misión evangelizadora. Inspirados por el carisma agustino —interioridad, espiritualidad y comunidad—, los participantes se comprometieron a integrar estos principios en cada aspecto de la vida escolar, reafirmando su misión de transmitir el mensaje de Cristo y responder a los desafíos actuales con fe y compromiso.
Este inicio de camino busca transformar las instituciones agustinas en lugares de evangelización efectiva, donde tanto estudiantes como colaboradores puedan vivir su fe de manera activa y comprometida. Así, la pastoral educativa no solo se convierte en un aspecto de la vida escolar, sino en un motor de cambio que fortalezca la identidad cristiana y agustiniana de cada comunidad.